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Los miércoles al sol, Celler Pardas

  • Foto del escritor: DAVID MARTINEZ MARTINEZ
    DAVID MARTINEZ MARTINEZ
  • 29 oct 2020
  • 2 Min. de lectura

Sin miedo a equivocarme, puedo afirmar que Ramón y Jordi elaboran algunos de los vinos con más potencial de guarda del Penedés.


¿Y como lo hacen? Pues de la manera más sencilla, con viña propia, agricultura ecológica, variedades autóctonas, tranquilidad y sensibilidad.


En su finca Can Comas (en Torrelavit) disponen de diferentes terrenos e inclinaciones donde están plantadas las diferentes variedades. El Xarel.lo y el Sumoll en la parte montañosa de suelo calcáreo. La Malvasía de Sitges en la parte plana con el suelo más fértil y los cabernets en las terrazas de arcilla y piedra.


Con la filosofía de dejar a la viña y la añada expresarse lo más natural posible, realizan una viticultura de secano, trabajando la cobertura vegetal natural, no se labra ni se abona la tierra y se respeta al máximo el entorno.


Todos los vinos fermentan espontáneamente con sus levaduras autóctonas, y tienen crianzas no invasivas en cemento, madera e inox. Consiguiendo así más expresión varietal, del terreno y de la añada.


El resultado son vinos de largo (larguísimo) recorrido. Al cuidar todas las cepas por igual, se aseguran que la gama más “sencilla” sea igual de longeva, a la vez que sorprendente dentro de su segmento de precio.


Rupestris (Xarel.lo y Malvasía) 2019, Pur Xarel.lo 2017, Blau Cru Malvasía 2018 y rosado Sumoll 2019 son claros ejemplos, cada uno en su estilo todos muy expresivos, varietales, vivos, y muy largos, con marcados recuerdos salinos, acidez refrescante y alcohol integrado.


Sus Scofra Sumoll 2019, aunque tiene la personalidad del Sumoll marcada, es uno de esos tintos jugosos que te bebes sin enterarte, accesible, ligero y placentero. Para tomar sin control y a cualquier hora.


Collita Roja 2015, ya con 5 años y sigue vivo, sabroso y con carácter, ha costado años entender el Sumoll pero ya produce grandes vinos. Lo raro es que aún no sea la variedad tinta abanderada del Penedés.


Blanc cru 2014 una Malvasía de Sitges de elaboración sencilla, otro ejemplo del potencial de sus vinos, muy expresiva, con todos los aromas varietales marcados, profundidad y esas notas salinas típicas de Pardas. Aún muy viva y sabrosa, con cero síntomas de oxidación y con recorrido en botella. Otra variedad que la D.O. tendría que abanderar y no soltarla más. El futuro ya está aquí.


Aspriu 2012: Uno de los grandes, Xarel.lo de viñas viejas criado en cemento, madera y botella.

Con 8 años y sigue vivo, profundo y vertical. Ha necesitado tiempo para sacar la expresión varietal y la elegancia de la crianza, con mucha tipicidad y territorio. Aún con potencial de guarda.


En conclusión, Pardas ha hecho una apuesta clara por el territorio, la poca intervención y las variedades autóctonas (Xarel.lo, Sumoll, Malvasía de Sitges) y elabora algunos de los vinos más longevos y vivos del Penedés.


¡Una de las bodegas imprescindibles!







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